El concepto gastronómico fue el que articuló el proyecto, buscando siempre la funcionalidad en un espacio reducido, pero con un diseño alegre y llamativo que transmitiera los valores de la empresa, sus orígenes y su cariño por la cocina casera.

La fachada es la carta de presentación, utilizando una gama cromática colorista inspirada en la cultura italiana y venezolana, con grandes ventanales que aumentan la sensación espacial. La madera pintada blanca potencia el concepto de los productos frescos utilizados. El interior juega con la gama cromática acompañada de la calidez de la madera y las lámparas decorativas. Un mural sobre pizarra nos enseña el universo de los principales productos de sus platos. La barra está decorada con azulejos que recuerdan la iconografía de Sicilia. La cocina es muy funcional y se realizó aplicando criterios ergonómicos que facilitase la forma de trabajar de los cocineros.