Una buena historia engancha. Ahora y siempre, y también en el retail. Hace mella en nosotros y deja una huella profunda en nuestros recuerdos. Esta técnica conocida como storytelling siempre ha existido, aunque es cierto que ahora el retail la está poniendo en práctica cada vez con más frecuencia, adaptándola a las necesidades del mercado.
Se ha dado cuenta el sector del retail que saber contar una buena historia o relato que apele a los sentimientos, les permite ocupar el lugar más deseado y buscado por el sector: el corazón de los clientes. Dominar esta técnica es todo un arte que permite humanizar a la marca, y al mismo tiempo posicionarla, porque gracias a esto, podemos dar a conocer cómo es una empresa, qué valores la definen y qué es exactamente lo que lo que le hace ser diferentes. Porque de eso trata, de tener una marca única y para ello nuestra historia también lo debe ser.
El objetivo del arte de contar historias reside en conquistar a los clientes y eso se puede lograr cuando se apela a los sentimientos. Está demostrado que cuando el argumento conecta emocionalmente con el cliente son recordados durante mucho tiempo. Según un artículo de Wolter Loeb, especialista en retail y colaborador de la publicación Forbes, “aproximadamente el 95% de las decisiones de compra se toman guiados por el instinto”, razón de más para crear una historia que logre esa conexión duradera en el tiempo con el cliente, o lo que es lo mismo abonar el terreno de un futuro basado en la confianza.
Es cierto, que la historia es el camino más corto y seguro que logra una implicación, pero esto no quiere decir que sea sencillo. La conexión emocional y única que se genera cuando contamos una historia nos permite conocer más y mejor a nuestros usuarios. Implicarle hará que resulte más fácil recordar nuestra marca, y los mensajes tendrán un efecto viral, además, de esta manera, se transmitirá esos valores que queremos que se asocien con nuestra marca.
Por lo tanto, el storytelling sirve de altavoz para el retail y saber usarlo correctamente dependerá también no solo de lo que se cuente, sino de cómo se cuente. Así que, elegir una buena trama es fundamental para que el mensaje tenga la repercusión deseada.
Existen varios temas universales, que permiten una mejor identificación, entorno a los cuales gira el relato, como el amor, la vida, la muerte, la amistad, el bien, el mal… Porque a diferencia de lo que sucedía antes, que la marca era la protagonista, ahora son las personas las encargadas de encarnar esos valores que hablan de la marca. De esta manera, humanizarla nos permite lograr una mayor identificación. Está claro que lo que de verdad importa no es lo que se cuenta, sino lo que transmite esa historia, el poso que deja en nosotros y en nuestros recuerdos.
Estos relatos se convierten en ese combustible que mueve el mundo. Como decía la escritora y activista, Maya Angelou, “la gente olvidará lo que dijiste, la gente olvidará lo que hiciste, pero la gente nunca olvidará cómo la hiciste sentir”.
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